domingo, 1 de agosto de 2010

Lo que queda

Hablamos del tiempo, de la diferencia entre su avance y nuestra percepción...tú piensas que se va deprisa...y yo siento en ese instante que viene a quedarse.
A quedarse para formar parte de mi partitura. No sé solfeo, no sé tocar ningún instrumento musical...pero hay un cuaderno que garabateo y no tiene palabras...sino tiempo de silencio. Para mi, el tiempo de silencio es música que sólo oigo yo.
Cuando los días empiezan y acaban, días tranquilos, o acelerados, llenos de cosas que hacer, le doy parte de mi vida a ese correteo de reloj...pero a la vez, están llenos de momentos en los que se me regala para mi cuaderno, allí donde no existe...
La ausencia de palabras...porque son sentimientos...puedo enumerar las acciones que generan las notas que oigo sin saber escribirlas...

- Una imagen del sol de la tarde filtrándose entre los pinos, iluminando la actividad frenética de los insectos a esas horas...
- El tacto rugoso de la nuca de mi padre cuando le corto el pelo, la piel áspera de sus manos cuando, sentada en el suelo frente a él, le examino las manos para quitarle los pinchos que se le clavan trabajando...
- Los síes que no son metas, son respuestas queridas.
- Cuando me sé entendida y hay un hombro junto al mío, sin presencia física, cómplice de satisfacción y orgullo íntimo compartido.
- Saber que mi piel ya no acaba en mí.
- Leer un periódico de cabo a rabo, empezando, como siempre, por detrás...y leer buenas noticias...que los leones de la Alhambra han sido restaurados...que tal vez se pueda aumentar la resistencia de la superficie de los linfocitos T frente a los retrovirus...que quizá esa exposición dure lo suficiente para verla...
- Los brazos abiertos de mi hermano y sus ojos sin preguntas.
- Aprender que tengo que apagar el aire acondicionado del coche antes de quitar el contacto.
- La presencia contínua, tranquila...
- También yo, si me pierdo, me quedaré quieta y esperaré. Tú me encontrarás.
- La visión de las almas en formación de los hijos...
- Las penas calladas dichas en voz alta contándolas para uno mismo y las alegrías repartidas.
- Cuando me escriben para decirme que se acuerdan de mí sin ratos para escribirlo...sonrío y no sé describir la ternura de que no importa...
- Saber que vas a volver al abrazo del descanso, del ya está, ya está...todo está bien ahora...respira, ya llegaste...
- Todas las dudas y una certeza.
- ...

Hoy en arpegio...

De la percepción de esos ratos sin tiempo está hecha mi partitura...y cuando ya no pueda seguir añadiendo porque el cuerpo se acabe...búscala en esa selva de inocencia donde sonará lo que yo he sido. No lo que he hecho.

Para los que yo canto por dentro...y para mí...


1 comentario:

  1. Tu que no sueles soñar,repites en tus escritos el llegar y lo difícil de regresar.Se lo dices a El.No me había dado cuenta de la canción que acompaña a esta entrada.Hoy, déjame a mi soñar y quedarme con la canción.

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