Hace unos días, mi silla en la cena estaba colocada enfrente de una de estas fotografías. Fue lo primero que ví al entrar y por lo último que me giré al salir. En el rato de en medio, me quedé tantas veces colgada de ella, ausente del mundo, que la dueña de la casa, sonriendo, me dió los datos sin tener que preguntarle. Galería Lumas, en Berlin. Y busqué.
El fotógrafo es Michael Himpel, y se trata de antiguas mansiones coloniales cubanas...
Eso son los datos...dónde yo iba al mirarla, no era Berlin, ni Cuba...
Sonaba una música...y construí una historia que duró lo que duraba la canción. Una historia para contarme en voz baja, tumbada, esperando, con la piel al viento...cuando el tiempo se para.
Sí, con la carga a cuestas...sólo para que un día, los ojos que fueron de niño, comprendan, y sonrían orgullosos. Y sepan, que bajo cualquier circunstancia, estarás. Como siempre lo hiciste. Que no tengan que echar mano del apego, que siempre está, pero no será una carga...porque el amor, la confianza y la seguridad del...le tengo a él...lo haga la menor de las ataduras. Ya vendrá el descanso...y sonará el oboe de Gabriel. Para tí.
Hace un rato, cuatro niños de unos diez años que venían de su entrenamiento de fútbol de sábado por la mañana, se han cruzado con otro que jugaba despreocupado a enseñar a su amigo cómo lanzar un balón de rugby... Se han parado a su lado...muy cerca...inflando el pecho, casi rodeándolo...y le han gritado...palurdo! El amigo se ha acercado, pegando los hombros de ambos, puños apretados al lado de las caderas, balón oval bajo el brazo...en silencio, quietos. Mirando a la cara, serios, midiendo. Los cuatro futbolistas se han ido, dándose la vuelta, riéndose...
Sentada mirando desde cierta distancia...también con los puños y el corazón apretado...esperaba. Hasta que él me mirara...y entonces se ha girado, todavía con el semblante concentrado...el cuerpo en tensión, animal alerta,los labios en una línea...ha buscado mis ojos...y le he sonreído despacio, sólo para él. Su boca ha ido distendiéndose poco a poco, mientras yo le decía sin palabras, lo sé...sé que cuesta...
Le ha pasado el brazo por los hombros a su amigo, guiñándome el ojo.
Después, un tiempo después, se ha acercado, con sus botas llenas de barro haciendo sonar los tacos en el suelo y se ha abrazado a mi cuello. Estás tranquilo?...ahora sí...hubiera podido... Lo sé. Beso rápido y a seguir jugando.
Es tan poco frecuente aquí escuchar a un perro aullando como un lobo... Hace frío, o soy yo que lo tengo...no importa. Iba a la cama y no he podido. Le escuché... Los perros domésticos ya no lo hacen. Pueden, pero lo olvidaron. Seguramente porque no tienen razones para hacerlo. El aullido es una llamada.
Y sigue...no debe estar a más de 100 metros de mi balcón.
Tengo que intentarlo. Creo que si me meto los dedos en la boca en la posición adecuada (yo también olvido) tras un par de intentos, podré silvar largo. Para que me oiga.
Trick of The Light - John Smith
-
Me encanta la propuesta musical de *John Royston*, un tipo que quería pasar
tan desapercibido, que se puso el nombre comercial más común del mundo John
...
Escena 76547654
-
-¿Y si pudieras cambiar algo en nuestras vidas?
-Cambiaría los muebles del salón, que tienen treinta años.
-Me refiero a...
-Pues que dejes de fumar.
...