domingo, 24 de julio de 2011

Pequeña y morena, de ojos claros. Los rizos de su pelo sólo se definen fuera del agua, enredada en levantes, ponientes, lebeches...todos los vientos de su mar en cadencias de caderas a la par.
Viviendo tranquila entre posidonias nuevas, generando cimientos más allá de las zonas costeras, donde ya estaba todo hecho y descubrimos que podía ser...otra cosa. La nuestra.
No irá al colegio, ni habrá que comprarle ropa, no aprenderá más oficio que encontrar sitios frescos en verano, le ayudarán los pulpos...y subir cerca de la superficie en invierno, por el calorcito del sol, salió friolera.
Nunca la veréis, y no importa, ella pasea orgullosa, de vez en cuando, su pelo rizado cuando le apetece cogerse de la mano de quien sabe de su existencia.
Si le basta a ella, nos basta a nosotros. Y viceversa.
Mar adentro.
Si un día la suponéis, sed respetuosos, por favor.
No preguntéis su nombre. No fue necesario registro.
A ella le da igual.




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